ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO.- Todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor"" Quien llama maestro a un corrupto, adquiere de manera inmediata el grado de aprendiz y aspirante a esa inmoralidad. El dominio deductivo televisivo ha conseguido que cientos de televidentes y comunicadores, califiquen sin ningún enfado al ignorante español Joaquín López Dóriga Velandia como su “teacher”, mismo que no concibe reconocer en su grado bajo de intelectualidad, que la violencia de género son actos dañinos contra cualquier persona cuyo comportamiento es de mujer o de hombre y que dicha agresión puede ser física, psicológica, sexual, económica e institucional, con rasgos de agresión especialmente dirigidos a una característica taxonómica por su clasificación. La falta de preparación del lector de noticias referido, provocó ironías en contra del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador quien es el primer Jefe de Estado en el mundo quien se ha atrevido a alzar la voz para asegurar que la violencia de género también puede realizarse en contra de un masculino, y no como manipulable y conductistamente lo ha querido definir la UN Women , al abollar a la propia OMS y al romper las clasificaciones de violencia a la mujer y violencia al hombre, mismas que no solamente existen sino que también pueden ser ejecutadas por un hombre a un hombre, por una mujer a una mujer, por una mujer a un hombre, por un hombre a una mujer o por una mujer y un hombre a una mujer o a un hombre o a diferentes hombres y mujeres. En el mapa mental voceril de Joaquín López Dóriga, seguramente tampoco aparece la palabra "masculinicidio" como se ha impuesto la definición de feminicidio que nació de la tipificación criminal de corto avance científico, al tratarse de un tipo incompleto del siglo XIX en el derecho inglés y que resultó funcional para el conductismo divisionista actual, que tuvo su aparición estratégica en Sudamérica, Estados Unidos y el norte de nuestro país por sus condiciones fronterizas. Las burlas al Presidente López Obrador por sentirse agredido por violencia de género fueron acompañadas de los comentarios de López-Dóriga con una conducta similar a la que realizan algunos trabajadores de barandilla en las diferentes fiscalías, que consideran exageraciones atender las denuncias de agresiones conyugales o intrafamiliares o aquellas que se ejecutan en contra de un hombre o una mujer. La violencia de género es una conducta violenta ejercida de un sexo hacia otro o de agentes del mismo sexo en razón de su comportamiento femenino o masculino, en donde hay teóricos que incluso han agregado al transexualismo como un tercer género, hasta para agregarlo en el absurdo lenguaje incluyente, que en vez de sostener el respeto humano fomenta el irrespetuoso atropellamiento gramatical. Excluir al sexo masculino como víctima de violencia de género, como lo ha expuesto el presidente de México al hablar de la violencia incluyente, es tanto como excluir al infanticidio, al senicidio, al genocidio y a otras figuras jurídicas en el ámbito científico penal por la imposición del feminicidio, lo que sería contrario a los valores y principios de la igualdad de género, que se ejercen en una sociedad de avanzada, y que ya merecemos se adopten en todo el planeta, en favor tanto de hombres como mujeres, y que cuya condición optima debería ser un camino cada vez más corto para conseguirlos, ante la carga histórica que tiene la humanidad del abuso con que se le ha oprimido con mayor fuerza a las mujeres que a los hombres, pero sin que esto excluya a la violencia hacía el hombre como violencia de género, desde un mundo actual de violencia generalizada. La manipulación de un individuo hacia otro también es una violencia intelectual que ejerce un supuesto periodista como Joaquín López Dóriga quien abusa de una exposición mediática para desorientar a quienes tienen un nivel educacional e intelectual mucho menor a la que ya de por sí, tiene él, aunque para muchos sea digno de ser llamado: “Maestro”. Más en www.somoselespectador.blogspot.com