Hay reinas que lo son por naturaleza y otras por simple
elección; el caso de Cecilia Gallardo es la reina de Plaza Garibaldi por su
realeza natural, aunque haya sido
coronada como princesa; sin embargo es prudente, demandante y justo que sea
este año oficialmente coronada reina, primero de una manera honorífica -y que
debido a la pandemia en la cual estamos atravesando-, sea hasta el próximo año
que se le pudiera entregar su corona de manera pública y con todas las de la
ley, ya que no existe en el panorama musical de nuestro país, una cantante que
se merezca o que se haya merecido o que se pueda merecer, llevar sobre su
cabeza el símbolo de máxima realeza, aunque ya sabemos como se las gastan las
administraciones y organizadores de la fiesta de Santa Cecilia, que unos vienen y otros se van, pero resultan
igual de desatinados, incapaces y
corruptos. Finalmente, Gallardo ya hizo historia como la princesa más
importante que haya tenido Garibaldi, y respecto al grado de reina, es algo que
ella misma se ha ganado con su esfuerzo, con
su talento y por el cariño que le brinda, la
gente de la plaza y el público en general, que pueden apreciar en Cecilia Gallardo a la
cantante número uno de música mexicana con Mariachi y que es un ejemplo de
honor, de la diferencia marcada lo que
es una artista famosa y lo que es como ella,una artista trascendente e
importante, y quien no lo reconozca de tal manera y se diga parte de una
organización, quedará en verdadero ridículo. Lo verdadero trascendente e
irremediable, es la obra y la presencia que nos regala la hermosa artista para
lo cual no existe corona compensatoria que le podamos colocar. Más en www.somoselespectador.blogspot.com