México no se sale y siempre aparece, de la lista de los diez países en el mundo que más utilizan las redes sociales y es junto con Estados Unidos y Brasil, las naciones con mayor número de usuarios en su continente. También quien más aporta a la música en español y quien más habitantes tiene para el consumo musical en su propio idioma, de manera física o virtual. Sin embargo de nada le sirve a México ser un aparador para cualquier artista y contar con la infraestructura de comunicación para la difusión musical, y además, encontrarse en una zona geográfica privilegiada; -sino existe la creatividad y la voluntad empresarial de establecer un liderazgo autónomo en el mercado del disco y un apoyo auténtico a la música en español que se aleje de la corrupción que fortalece al favoritismo y disminuye el talento artístico, y que ha venido a acabar con la radio mexicana y a cerrarles las puertas a los nuevos valores, a cambio de alimentar al espectador conformista, poco exigente y perezoso, con supuestos artistas superdotados quienes acaparan los espacios publicitarios por ser hijos de quienes han amafiado la cosecha de nuevas voces o de quienes producen música que sirve de instrumento ideológico para el comportamiento condicionado. La industria musical mexicana que veía como cada año se iban los premios importantes a otras manos que no eran de las estrellas mexicanas, y que los jurados calificadores parecían nada más conocer a Gloria Estefan y a Celia Cruz, gracias a que desprestigiaban al gobierno cubano, y a José Feliciano por ser nativo de la isla colonizada por los Estados Unidos; no fue ni ha sido capaz de hacer un premio de importancia, y ha sido mejor, la propia organización del Grammy, capaz de crear una presea alterna para la música latina y de segunda división de los premios estelares de la música en inglés, pero que por la calidad artística y número de hispanoparlantes, es que Los Grammys Latinos han retomado una importancia económica de enormes dimensiones ante la invalidez organizativa de México, que siendo la cuna de las telenovelas a nivel mundial, no tiene más que un premio bajo el dominio monopolizado; que siendo fuente de compositores e intérpretes de enorme calidad, no tiene un festival al nivel de Viña del Mar en Chile, y que con figuras de la talla de Juan Gabriel, José José, Manoella Torres, Marco Antonio Muñiz, entre otros, tuvimos que esperar hasta que se instituyera el Grammy Latino para ser tomados en cuenta, toda vez que México, resulta ser un Gigante pero con estolidez.
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