Ante el monopolio arrollador que vivía la televisión mexicana, con mayor dureza que hoy en día, es que no importaba si el televisor se descomponía y soLAmente sintonizaba el canal 2, al fin y al cabo era el único que se veía. Ante tal acaparamiento en la programación, era de menos notoriedad la baja calidad artística o profesional de quienes aparecían en pantalla, al no existir punto de comparación. En la actualidad al existir mayores canales de TV abierta y cerrada y la conexión con internet, se puede apreciar con claridad el pecado del influyentismo y el arte de la lambisconería en las producciones televisivas, que son lo que definen quienes aparecen en pantalla y quienes no. Con lo que al fin de cuentas, a quien se sacrifica de esos pecados mortales, es al televidente que carecen de figuras talentosas de la conducción como lo es Gaby Ramírez y tienen que soportar a otras conductoras sin talento alguno, pero con el arte de la lambisconería para ocupar un lugar en la televisora. pese a su ineptitud. Más en wwwisomoselespectador.blogspot.com