Qué tan benéfico, perjudicial o intrascendente, es que la belleza física sea una situación normalizada en la televisión, en donde el aspecto físico no agradable, se expulsa de pantalla o se utiliza con papeles de villano o de sirviente. La creación de estereotipos de lo que es mayoritariamente atractivo puede ser un plan perverso para el control racista, aunque al no ser la televisión un aparador que proyecte la realidad sino el entretenimiento, y así debe advertirse, sirve de pretexto para mostrar al televidente situaciones aveces inalcanzables o materialistas y justificarlas que no tiene nada de dañino para el receptor que integra a la sociedad, sin embargo lo irreal separa al individuo de lo ideológico, de lo moral, y le detereora sus capacidades humanas y lo habitúa al consentimiento del aspiracionismo derivado de un entorno de consumo, a la vez de que lo direcciona a los intereses de quienes controlan el mundo financiero del planeta cuyas ganancias en mucho las obtiene por medio de aquel pisoteo de un grupo sobre otro y ante la intolerancia selectiva, que repudia todo aquello que no le muestra la ficción televisiva.Más en www.somoselespectador.blogspot.com