Los creadores de contenido que solamente tienen que ofrecer tecnología, que era oro molido en el pasado, son como aquellos vendedores que quieren ofrecer migajón en una panadería. La barrera satelital superada por el WordWideWeb que terminó con la presunción de canales que decían llegar a todas las partes del mundo y de estaciones de radio mexicanas que alardeaban de llegar al sur de África, han terminado con el invento de Sir Timothy John, en donde ahora cualquier contenido viaja de manera internacional, incluso desde lo elaborado en instantes por un celular. Por otro lado, la situación escenográfica, que requería foros amplios y despliegue de recursos, también ha sido solucionado por el Chroma key que lo mismo lo emplean los amantes del Tik Tok que los grandes canales de televisión. Por lo que en la era de contenidos, es la sustancia lo importante y solamente el talento puede superar y hacer la diferencia entre el lipsnyc y la originalidad, que no se adquiere cual sistema operativo de transmisión. Es por ello que una joya preciosa de entretenimiento, arte y sustancia para el circunstante, solamente requiere del cromaquin y de una artista con el enorme talento de Carmen Baqué. Más en www.somoselespectador.blogspot.com
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