Por José A. Martínez
El apoyo que en un momento dado, le fue otorgado por las esferas empresariales de poder y dominio del Estado a Margarita Zavala, se revertió para apoyar a otros candidatos, ya que la política no era nada extraordinario como falsamente se argumentaba para llenarla de publicidad, además de que el despretigio de ser la esposa de Calderón, le impidió tratarse de robar la presidencia como lo hizo su cónyuge, hasta ahora ser un cadáver político, aunque no ha dejado de ser el maniquí de los cazafotos, cuando a propósito se presenta en lugares conglomerados, con el intento d formar un partido no de oposición sino de resistencia.