Por: José Angel Martínez
La manera sorpresiva de la llegada de un candidato de izquierda a la silla presidencial con respeto del voto mayoritario, no es todavía un indicativo de que seamos un país democrático o de que la madurez del pueblo sea plena. La llegada de un mandatario de trayectoria honesta, ha causado una revolución electorera visible aunque no sepamos a donde será encaminada para su culminación. Lo mismo ocurre en los medios de comunicación que han sufrido un cambio paulatino pero agresivo, que sin censura alguna, ha debilitado a la información y al comentario pagado por quienes necesitaban se hablara bien o no mal de ellos, y por quienes perdieron su credibilidad al estar ordenados por un mando empresarial nocivo. El sexenio lópezobradorista ha dejado claro en su discurso, que un buen gobierno no necesita de publicidad y que el anuncio de gobierno únicamente debe ser encausado en la difusión de los programas sociales. Ahora los periodistas "chayoteros", piden pan y no les dan.