Ya se flotaban las manos, aquellos que con coyotaje o con influencias, querían que regresara la Licencia de Locutor para obtener ganancias económicas más que profesionalizar a quienes trabajan en los medios de comunicación, pues que mejor profesionalización que un titulo universitario en ciencias de la comunicación o en alguna ciencia social y no una simple cartilla para poder hablar por un micrófono, en donde al contrario se filtran más deficiencias por aquellos que prefieren pagar que estudiar, más corrupción y violaciones al artículo séptimo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, además de qué ¿quien haría y calificaría los exámenes para obtener la licencia del habla?, silos propios líderes de opinión que están en los medios de comunicación tienen su reputación por los suelos, se han mostrado como deficientes, mentirosos, voceros empresariales y corruptos, al igual que las sociedades, agrupaciones y hasta sindicatos relacionados con la comunicación. Los concesionarios por su parte avalan a sus locutores contratados, ante su empresa y ante los trámites respectivos en que tengan que intervenir sindicatos o dependencias gubernamentales, sin importar que sus distorsionadores de la noticia y entretenedores, hagan y deshagan en el micrófono, construyan vulgaridades verbales y violen constantemente la ley de comunicación que es una letra muerta. Prueba de supuestas joyas de la comunicación que se tuvieron que someter a un examen para obtener la licencia de locución, y que al ser tan difícil pasar la evaluación con cuestionarios que tienen que ver más con otros conocimientos diferentes a la comunicación, tuvieron que realizar varias veces el examen para el permiso respectivo, fue verónica castro quien es una estrella de televisión pero una nefasta locutora, que entre sus logros es haber integrado el albur y el lenguaje de doble sentido a la televisión mexicana a fines de los ochentas. La cultura mal entendida de el papel certificado más que el resultado práctico, ha servido para el tráfico de permisos, licencias, constancias, premios y certificados que en nada ayudan a los medios de comunicación sino solamente los corrompe, ya que el buen nivel de los locutores, de quienes estamos involucrados en los medios, de quienes informan y de quienes se informan; solamente se obtiene bajo la estructura estratégica de un buen programa educativo y un plan de estado que brinde educación a la población que es la verdadera democracia. El expresidente Salinas de Gortari se encargó de eliminar la Licencia de Locución pero no con un propósito liberal, sino para que todo tipo de personas y supuestos intelectuales y espontáneos líderes de opinión tuvieran un micrófono o una agencia informativa que solapara su saqueo a la patria y en cambio le diera prestigio internacional por medio de falsas alabanzas. el avance de la tecnología y su abaratamiento para su uso, hizo crecer los contactos por internet, los espacios informativos virtuales y a las redes sociales, rompiendo el control monopólico de la voz y del canal, para abrir diferentes opciones y una dificultad enorme para el ocultamiento de las cosas, por lo que las licencias de locución ya no las da un sistema mercader disfrazado de académico y de niveles graduados, sino ahora la brinda el radioescucha, el lector, el televidente, el internauta, con la certificación de su atención o si indiferencia, y con su reflexión para otorgar credibilidad o duda. Sin embargo, es importante estructurar el programa educativo del país, desde los estudios primarios, luego de secundaria y preparatoria y hasta los universitarios, pues la carrera de periodismo o ciencia de la comunicación está basada en un objetivo profesional que resulta más artístico y virtuoso, por lo que debe ser dirigida al carácter social, ético, sociopolítico, histórico y económico y hasta del uso tecnológico sin querer disfrazar una carrera técnica en una licenciatura para satisfacer a los que sufren de licenciatitis, pero en donde cualquier otra licenciatura brinda mayores herramientas en la comunicación que la propia carrera de periodismo o ciencias de la comunicación. Sin embargo la no eliminación del examen profesional, la expedición de la cédula profesional y el refrendo de la misma en cierta periodicidad por medio de cursos obligatorios, y el aumento de clínicas dentro de los programas de estudio, resultan mayores elementos de profesionalización que una licencia con código de barras a base de lambisconería o dinero para quienes deban expedirlas, cual licencia para conducir vehículos en determinados gobiernos. Ante la idea de regresar la licencia de locución, el Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que respetaba el punto de vista los que estaban en favor de dicho documento pero también afirmó: “Nosotros consideramos que lo mejor es que la gente vaya
tomando consciencia, se vaya formando, vaya aprendiendo a leer los periódicos,
a escuchar la radio, a ver la televisión, a no tragarse todo lo que ofrecen los
medios.No es un asunto sencillo porque de tiempo atrás, yo aquí repito varias
veces y no me voy a cansar de decirlo, lo que le escribió Lucas Alamán, que era
el ideólogo de los conservadores en el siglo XIX, a Santa Anna, que estaba en
el exilio después de que nos quitaron por su culpa la mitad de nuestro
territorio.Después de ese gran zarpazo, se va Santa Anna y de nuevo lo van a
traer, y regresa y termina como presidente de México, pero fue 11 veces
presidente de México. Entonces, la última vez de que lo van a buscar la carta
de Alamán, lo que le dice es: ‘No se preocupe, venga, no va a pasar nada,
nosotros tenemos el control de la opinión general -así se le llamaba a lo que
ahora se conoce como opinión pública- porque somos los dueños o tenemos
influencia en los principales periódicos del país’. Y en efecto, regresa Santa
Anna después de esa gran tragedia, nada más perdimos la mitad del territorio, y
desde que llega a Veracruz hasta la Ciudad de México se le recibe con vivas y
aplausos y se olvidó la gente, por el control de los medios.Bueno, y luego lo
del fascismo, lo de Hitler, pues tiene que ver con el manejo de la propaganda,
tiene que ver con Goebbels, que decía que una mentira que se repite muchas
veces puede convertirse en verdad.Y los últimos tiempos, Mitterrand decía que
en Francia no iba a permitirse que los medios controlaran con libertad a la
sociedad. Falleció y Francia sucumbió en ese sentido, y los medios siempre han
tenido un gran poder, o sea, por eso se habla cuarto poder.Aquí en México, no,
impresionante. Nosotros, que estuvimos en la oposición, no existíamos,
padecíamos de guerra sucia, y la gente lo creía. Yo vivía en un departamento en
la Benito Juárez, ahí por el metro Zapata y decían: ‘No, no vive en un
departamento, ahí nada más es la fachada, él llega ahí y arriba del edificio
hay un helipuerto y ahí toma el avión y se va a una casa que tiene en La
Toscana en Santa Fe’, y gente asegurando… Me consta, es cierto, por el manejo
de los medios, o sea, muchas cosas.Una vez un conductor: ‘Tengo la dirección
-un conductor de radio- de una casa, una residencia que tiene López Obrador en
Morelia, Michoacán’. Creo que Carlos… ¿Cómo se llama? Beteta, Óscar Mario
Beteta.Entonces, me hace una entrevista Carmen Aristegui como a la semana y le
dijo al señor, con todo respeto, porque también él fue seguramente
malinformado: Te digo, es muy sencillo, es un desafío, un reto para el señor
Beteta. Si yo tengo esa casa en Morelia, en esa zona residencial, y es cierto
que es mía la casa, pues me retiro de la política, dejo de ser opositor; pero si
no es cierto, que él deje ya el oficio de informador, de comunicador. Eso
públicamente lo hice, ya no respondió. Y así muchas cosas.Entonces, sí, no es
fácil, pero tenemos que avanzar haciendo consciencia en la gente que no se
dejen manipular.Cuando la guerra sucia, cuando nos robaron la Presidencia en el
2006 que estaban los mensajes en radio, en televisión, que se iba a caer la
Bolsa, que iba a haber devaluación, que iba a ver fuga de capitales, todo eso
pues, que yo era un peligro para México, una trabajadora de un amigo,
doméstica, una trabajadora doméstica dice:-Yo no puedo votar por el señor López
Obrador.-Pero ¿por qué no?-Porque se va a caer la Bolsa.-Bueno ¿y tú qué tienes
que ver con la Bolsa?Tuvimos que hacer entre otras cosas -para que vean el efecto
de los medios, la perversión- tuvimos que hacer un plantón, porque no queríamos
la violencia y la única forma de contener a la gente que estaba indignada por
el fraude… En ese entonces el señor Mitofsky hizo una encuesta y estaban por
tomar las armas, porque tomáramos las armas, como un 13 por ciento de la
población en general, cómo estaban los ánimos.Entonces, lo que pensamos es:
Vamos a hacer algo fuerte, muy radical, pero al mismo tiempo sin movernos,
porque si tomamos aeropuertos, tomamos carreteras, si tomamos Palacio, van a
haber muertos, va a haber violencia; entonces, decidimos hacer lo que se llevó
a cabo en ese entonces. No se rompió un vidrio, nadie perdió la vida, y nos
robaron la Presidencia.Bueno, pero fue tan fuerte la campaña en contra que iba
yo a Yucatán o a Baja California y me reclamaban, sí, porque fueron momentos
muy difíciles, mucho muy difíciles, de linchamiento político contra nosotros
por esas campañas de guerra sucia, pero en Baja California, en Yucatán, me
reclamaban por el plantón de acá, ¿Y ustedes en qué se perjudicaron?, ¿en qué
les perjudicó? No, era el efecto de la propaganda, el efecto que tiene la
propaganda a nivel general.Ya después, pues todos los que ayudaron en el fraude
pues ya se quedaron callados y ya no ofrecieron disculpa, porque por ese fraude
se desató la guerra y todo lo que todavía estamos padeciendo por ese fraude
porque, si nos hubiesen respetado el triunfo, nosotros no hubiésemos desatado
la guerra, no me hubiese yo puesto uniforme militar y no hubiese yo ido a
Apatzingán a declarar la guerra, que nos convirtió en un país con muchos
desaparecidos y de fosas clandestinas.Entonces, sí, los medios tienen ese
efecto, pero está cambiando la situación porque la gente cada vez está más
consciente. Si una de las cosas más importantes que hemos logrado entre todos
los mexicanos es que ahora hay más conciencia ciudadana. El pueblo de México es
de los pueblos más conscientes, más politizados del mundo, o sea, no hay
analfabetismo político en México”. Y
concluyó: “Entonces, vamos avanzando y vamos a seguir así”- concluyó el mandatario-.
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